Su formación en Bellas Artes le permite destacar pronto realizando ampliaciones retocadas.
Fue un gran retratista que innovó los esquemas un tanto rígidos imperantes hasta entonces.
Su fama como fotógrafo se extendió pronto por toda la región, lo que le obligó a ampliar la plantilla de su estudio con varios oficiales y aprendices, entre los que cabe destacar a sus sobrinos Manuel García Alonso e Hipólito García de la Fuente, que posteriormente se independizarían como fotógrafos, el primero de ellos en Avilés y el segundo en Oviedo.
En Oviedo Ramón García Duarte consolidó su fama como gran retratista, remplazando a la dinastía fundada por los hermanos Ramón y Fernando del Fresno, que hasta entonces habían mantenido la hegemonía en dicha ciudad.
En sus elaborados retratos, muchas veces retocados a lápiz o al óleo, contó con la colaboración de pintores y dibujantes como Augusto Junquera, Dionisio Muñoz de la Espada y José Prado Norniella.