Después se trasladó a Madrid, en cuya universidad Central realizó el doctorado mientras trabajaba como periodista parlamentario.
Durante la estancia en las islas se afilió a la Unión Republicana.
Durante el conflicto estuvo al servicio de la legalidad republicana en varios destinos en Andalucía, hasta que en los últimos días de la guerra huyó por la frontera francesa camino del exilio en Francia, donde se unió a su familia.
Al llegar a la capital mexicana pudo empezar a dar clases en el Instituto Luis Vives creado por el exilio español.
En su actividad docente universitaria alcanzó altos grados de responsabilidad, y fue nombrado doctor ex officio en 1950.