Rafael del Riego

Murió ahorcado tras la restauración del absolutismo que puso fin al Trienio Liberal (1820-1823).[8]​ En 1807 se trasladó a Madrid para emprender la carrera militar, como tantos otros hijos de la baja nobleza asturiana venida a menos (las otras alternativas eran la administración civil y la Iglesia; esta última es la que eligió su hermano mayor Miguel del Riego, canónigo).[9]​ Cuando se produjo el levantamiento del 2 de mayo en Madrid, Riego se encontraba confinado en Aranjuez por haber desobedecido las órdenes del mariscal Joaquim Murat, que comandaba las tropas napoleónicas en España.En León se encontró con su hermano el canónigo que estaba allí como enviado de la Junta Suprema de Asturias que había sido creada para organizar la resistencia contra los franceses.[11]​ Al llegar a Oviedo fue nombrado capitán del regimiento de Infantería de Tineo y, como tal, se incorporó al estado mayor del general Acevedo, que estaba organizando un ejército con el que unirse a las tropas comandadas por el general Blake.Allí vivió con muchas privaciones en un régimen de semi-libertad —subsistía gracias al dinero que le enviaba su familia, cuando efectivamente llegaba el «deseado socorrillo»—.El historiador Juan Francisco Fuentes recuerda que «las ideas ilustradas y una cierta cultura liberal formaban parte del ambiente familiar en que se había educado» Rafael del Riego y en cuanto a su afiliación a la masonería señala que existen testimonios a favor y en contra.Lo que sí hizo durante su cautiverio fue aprender francés e inglés y tomar algunas lecciones de comercio.Llegó a tiempo para jurar la Constitución de 1812 ante el general Lacy, antes de que en mayo fuera derogada por el rey Fernando VII tras su vuelta del cautiverio en Francia, restableciendo así la monarquía absoluta.Riego intentó defenderse en las Cortes pero allí los moderados lo acusaron falsamente de «republicanismo».[29]​ Los liberales "exaltados", por su parte, en cuanto supieron que Riego había sido destituido y de que era destinado a Lérida —acogieron la noticia «con rabia y estupor»— se movilizaron.[31]​[32]​ Riego desde Lérida apeló al rey en demanda de justicia pero no obtuvo respuesta.Pero en julio los absolutistas intentaron poner fin al régimen constitucional y fracasaron, haciéndose con el gobierno los «exaltados» que habían sido los protagonistas en la derrota de los golpistas.Se extendió entonces la duda de si los moderados habían participado en la conjura, lo que distanció definitivamente a las dos tendencias liberales.Este ejército, a diferencia de lo sucedido en 1808, avanzó hacia el interior de la península sin que se produjera ninguna reacción popular —más bien al contrario: las guerrillas que se formaron lo hicieron para combatir junto a las tropas francesas al ejército constitucional español—.El comandante militar absolutista cuando dio la noticia del apresamiento de Riego dijo: «¿Será bastante una vida, ni mil que tuviera, para borrar con ella sus atroces crímenes?».Fue sometido a juicio en el que el fiscal, tras afirmar que para enumerar todos sus «crímenes» «no bastarían muchos días y volúmenes», solicitó la pena de muerte en la horca y descuartizamiento del cadáver, repartiéndose sus miembros por los lugares más emblemáticos de su biografía.[41]​ El tribunal lo condenó a muerte por un único delito: el «horroroso atentado cometido por este criminal como diputado de las llamadas cortes, votando la traslación del rey nuestro señor y su real familia a la plaza de Cádiz».[43]​ Vestido con una túnica blanca y sombrero verde y con las manos atadas, fue llevado en la mañana del 7 de noviembre sobre un serón arrastrado por un asno al patíbulo levantado en la plaza de la Cebada.[47]​ Sin embargo, «destrozando al ídolo del pueblo, se había fortalecido el mito.[48]​ Según Josep Fontana, Fernando VII no quiso entrar en Madrid antes de que Riego hubiera sido ajusticiado (fue «su primera venganza personal»).Lo hizo seis días después, el 13 de noviembre, montado en un «carro triunfal» tirado por «24 hombres vestidos a la antigua española y 24 voluntarios realistas».[51]​ En Londres residía la esposa de Riego que murió pocos meses después del ahorcamiento de su marido y allí también se encontraba su hermano mayor, el canónigo Miguel del Riego, que sólo regresó a España en 1835 para dar sepultura al cadáver de Rafael.Un año después de su muerte el exiliado liberal español Félix Mejía publicaba en Filadelfia No hay unión con los tiranos, morirá quien lo pretenda, o sea: la muerte de Riego y España entre cadenas.Los historiadores Ángel Bahamonde y Jesús Antonio Martínez han destacado que Riego «pasó a convertirse en el primer gran héroe de la revolución y a quedar asociado con el ideal liberal.
Placa conmemorativa en la casa natal en Tuña (Asturias)
Plaza de la Constitución de Las Cabezas de San Juan , con el Ayuntamiento al fondo. Fue el lugar donde inició el teniente coronel Rafael del Riego su pronunciamiento .
Mapa del pronunciamiento de Riego. La línea negra muestra el recorrido que hicieron las tropas sublevadas desde Las Cabezas de San Juan . Aparecen también las ciudades cuyas guarniciones se fueron sumando al pronunciamiento .
Rafael del Riego seguido de los militares que han secundado el pronunciamiento en Andalucía .
Balcón en Tineo desde el que el general Riego dirigió su discurso el 4 de octubre de 1820. [ 18 ]
María Teresa del Riego contrajo matrimonio con Rafael del Riego en 1821.
El general Riego (1820), por Hippolyte Lecomte.
Riego conducido por los realistas a la cárcel de La Carolina (1835).
Monumento a Riego en Oviedo .