Poco después comenzó a escribir crónicas sobre motor en el mismo periódico, y ahí comenzó una especialización que marcó toda su trayectoria profesional.
En los años siguientes escribiría en diferentes medios escritos, como El Caso, Dígame, el diario Pueblo, Hoja del Lunes (1962) o Sábado Gráfico (1953-1966), y llegó a ser nombrado subdirector de la revista semanal sobre automovilismo Velocidad (1963).
En 1968 es contratado por Televisión Española para una adaptación al medio de su espacio radiofónico Manos al volante, que alcanzó gran popularidad.
Más adelante colaboraría en el espacio Buenas tardes (1970-1972), con una sección denominada El automóvil, desde la que ofrecía consejos de conducción.
En 1985 fue nombrado redactor de deportes del Diario Ya y de RNE, y durante los años 90 se dedicó a escribir libros sobre motor, así como sendos libros sobre supersticiones y latiguillos en castellano.