Sea como fuere, en 1895 publicó su segundo libro, The King in Yellow ("El Rey de Amarillo"), en el que combinaba nuevos retratos parisienses con originales historias de fantasía y terror que tuvieron un enorme éxito.
Se dice que llegó a plantar, con sus propias manos, más de 20 000.
Que la crítica lo despreciase e ignorase ni mucho menos le quitaba el sueño.
¡Esa palabra me pone enfermo!» Lovecraft debió considerar lamentable que aquel que había apuntado a lo más alto del terror cósmico con sus primeros cuentos se rebajase después a escribir folletines para las masas.
Había entregado a la imprenta más de ochenta libros entre novelas y recopilaciones de cuentos, aunque no es fácil determinar exactamente cuántos: acostumbraba a reciclar el material para volver a venderlo y no siempre quedaba claro si se trataba de una obra completamente nueva o una mera reedición o revisión.