Río Valdeinfierno

Según escribe en el año 1600 Luís Mármol, el nombre Valdeinfierno (Valle del Infierno) ya era usado por los árabes para designar a este lugar, al que llamarían Hofarat Gihena.

En tal caso, la aludida Chorrera Cardeal no sería sino el primer afluente del Valdeinfierno por su margen izquierda.

Ahora bien, según refiere Simón de Rojas Clemente en el año 1804,[2]​ este emisario no es natural sino que fue excavado a finales del siglo XVIII o principios del XIX para desaguar esta laguna y aumentar así el caudal del Río Genil, debido a una fuerte sequía que motivó que el Genil no cubríese las necesidades de la Vega de Granada en los meses previos a la realización de dicha obra.

Extinta actualmente la actividad minera, otrora frecuente, carece este empinadísimo y sobrecogedor valle de aprovechamientos vigentes.

La actividad ganadera, particularmente en periodo estival, es la única clase de explotación actual, predominando el ganado vacuno y, en menor medida, el caprino, pero únicamente en las partes más bajas de su recorrido, debido a lo abrupto del terreno y a que en las partes superiores el terreno está constituido fundamentalmente por micasquistos y derrubios muy sueltos, lo que no favorece la proliferación de vegetación, salvo en las altiplanicies que albergan tanto al lagunillo inferior del Valdeinfierno como a las lagunas Larga y Gabata, cuyos borreguiles estivales constituyen una auténtica delicia, aprovechada para pacer por grupos de la salvaje cabra montés.