En su último tramo entre Rao y el río Navia, el curso del río se encajona en una estrecha garganta de pizarra entre peñas escarpadas.
Una antigua ruta de senderismo, la PR-G-56, seguía el valle pero está deshomologada.
El recorrido es escarpado, con importantes desniveles y el acceso al río es dificultado por la densa vegetación típica de bosque de ribera caducifolio con castaños, acebos y robles, entre otros árboles y arbustos.
La mayor parte de las aldeas del valle, como Embernallúas o Murúas, están deshabitadas y desde el río Navia la primera habitada que se encuentra es Prebello, camino de Meda y Rao.
[4][5] Varios tipos de construcciones vernáculas jalonan el valle: los famosos cortins, que son muros de piedra circulares que se utilizan para proteger los trovos (colmenas tradicionales de madera) de los ataques de los osos; las ouriceiras, para secar y conservar las castañas, las pallozas, molinos, hórreos, etc.[4][5]