Su nombre deriva del término latín aqua (agua) o de los idiomas escandinavos aa/ å para señalar un curso de agua.
Las principales poblaciones que atraviesa son Saint-Omer y Gravelinas.
El primero, desde su nacimiento hasta Saint-Omer, se trata de una versión miniatura del río Somme.
El segundo, desde Saint-Omer hasta su desembocadura, es un tramo navegable en el que se han construido diversos canales, como los que conducen a Calais y Dunkerque o el canal de Neuffossé que parte hacia el sistema interior de canales francés.
En sus alrededores se han encontrado restos de antiguos asentamientos vikingos.