En español, coexisten las palabras "récord" y "plusmarca"[1] con el mismo sentido, si bien se prescribe la palabra "plusmarquista" para hacer referencia al poseedor de un récord (evitando el anglicismo recordman).
Este último término se sigue utilizando en atletismo para describir las mejores y las peores marcas que no se reconocen como un récord mundial oficial, ya sea debido a que la IAAF no hace seguimiento del récord (por ejemplo, los 150 m o los eventos individuales en un decatlón), o porque no cumplen con los criterios rigurosos de calificación de un evento (por ejemplo, la media maratón Great North Run, que tiene una pendiente de descenso excesiva).
El término también se utiliza en los videojuegos de speedrunning cuando alguien logra el menor tiempo posible para el juego y la categoría.
Estas marcas suponían un motivo de orgullo para las naciones de los pilotos que los conseguían, que se convertían en auténticas celebridades (como el piloto automovilístico y motonaútico británico sir Malcolm Campbell, o el célebre aviador Charles Lindbergh).
El IRMES concluyó que los atletas tendrán cada vez más dificultades en los próximos años para afrontar el reto del lema olímpico "Citius, Altius, Fortius".
Para los autores, el ser humano estaba usando solo el 65% de su capacidad total en 1896, frente a un 99% en la actualidad.