La proximidad del Castillo de Aixa haría innecesaria esta protección: los habitantes del Ráfol se desplazarían hacia esta fortaleza tan pronto como se sintieran amenazados, y allí permanecerían hasta que desapareciere el peligro.
Otro ritual que el nuevo amo debía cumplir era entrar dentro de la casa señorial, cerrar y abrir las puertas y hacer salir a todas aquellas personas que se encontraran dentro en señal de su verdadera, pacífica y quieta posesión de dominus.
Al lado del hospital vivía Domingo Robles, que en aquella época ejercía de médico en Jalón.
En una memoria que trata del estado de las calles, realizada por el Ayuntamiento de Jalón en el año 1845, se dice que en la Calle del Hospital hay edificios que se encuentran en estado ruinoso y se cita como causas: la antigüedad y el descuido.
Alfonso Agost, según él mismo manifestó, había hecho varios préstamos a Francisco Martorell y, también, a su madre, Beatriz (que eran respectivamente el padre y la abuela del novelista Joanot Martorell).