Fue una de las 26 personas laponas ejecutadas por brujería en Noruega en el siglo XVII.
Posteriormente, la esposa de uno de los pescadores de Jonsen le pidió que lo repitiera pues deseaba que su marido regresara pronto, lo que hizo arrojando un cochinillo al mar.
Sin embargo, dijo que el animal se había retorcido demasiado y, esta vez, el viento se convirtió en una tormenta que causó el naufragio del barco.
Baarsen explicó que era a menudo contratado para crear viento.
Negó haber realizado magia mediante el uso de un tambor, pero admitió que tenía el conocimiento para hacerlo.