Quinta del Duque del Arco

[1]​ A la muerte del duque en 1737, María Ana Enríquez de Cárdenas, viuda del duque del Arco, donó la propiedad a los reyes Felipe V e Isabel de Farnesio en 1745, quienes la incorporaron al Real Sitio de El Pardo.[1]​ Un plano que entonces levantó por encargo del Rey su arquitecto Francisco Carlier nos permite conocer el aspecto original de la finca, caracterizado por una armoniosa relación entre el jardín y el cultivo agrícola, inmersos en el entorno natural del monte, sin que nada rompiese la continuidad visual entre estos tres ámbitos.[12]​[13]​ En el año 1974 se celebraban en la Quinta las audiencias de los príncipes Juan Carlos y Sofía.El palacio se alquila, al igual que los jardines, por Patrimonio Nacional para eventos y recepciones privadas, no siendo posible su visita.Se desconoce quién fue el diseñador, pudiendo ser obra realizada en vida del Duque del Arco o posterior, de las obras de mejora realizadas por Felipe V al heredar la finca.Cada plano de terraza está ajardinado con parterres al estilo francés y respeta la perspectiva y el punto de fuga a la manera francesa: hay un eje ascendente desde el plano bajo (por el que se accede) hasta el cuarto plano (situado en lo alto del jardín).Esto es porque la casa está situada en un lateral, en un collado, desde el que se contemplan los jardines y parte de la explotación agrícola.Los elementos decorativos como la gran cascada de mascarones, la exedra, el muro de hornacinas, el estanque superior y la gruta artificial nos recuerdan en parte a elementos franceses pero también al jardín del pleno renacimiento italiano.
Vídeo del recinto
Levantado por el príncipe de Asturias, Alfonso de Borbón y Battenberg, durante sus prácticas de topografía
Jardines de la Quinta del Duque del Arco.
Palacio de la Quinta del Duque del Arco