[1][2] Kraft Foods creó la primera versión comercial en lonchas o rodajas de queso procesado, que se introdujo en los mercados en el año 1950.
Es popular en algunos países fuera de Estados Unidos, como en España donde se llama tranchettes o sabanitas y en Venezuela donde se le llama facilistas o simplemente queso Kraft (por metonimia).
El queso procesado posee ciertas ventajas técnicas frente a los quesos tradicionales: su vida extendida, la resistencia a la incorporación de moho, es posible además ofrecer al consumidor un producto homogéneo y atractivo fácil de fundir al cocinar.
Las texturas disponibles en el mercado para este tipo de quesos son también muy limitadas; por regla general los quesos procesados tienen un sabor medio, la textura es suave y cremosa, y la pasta es poco firme.
La inclusión de elementos artificiales en los quesos procesados conlleva altos contenidos en sales.