Con la utopía se marca el advenimiento de la mujer idealizada, a la vez virgen y madre.
[2] Los conceptos de pureza e impureza, muestran importantes marcadores sociales, reglas y motivaciones que determinan, por ejemplo, con reglas variables según el contexto, con quién se puede comer, qué comer (tabú alimentario) o con quién casarse (castas), por lo que contribuyen notablemente al orden moral.
[3] En la terminología cristiana, pureza indica, en sentido general, integridad moral, honestidad, ausencia de malicia.
[5] La "pureza del corazón" es indicada por Jesús, en el Sermón de la Montaña, como una cualidad que nos permite "ver" a Dios.
En la antigüedad grecorromana, se realizaban ceremonias de purificación denominadas lustratio que estaban conectada con sacrificios y otros ritos religiosos como las procesiones.