Su gran difusión se puede deber a la gran posibilidad de elementos que ofrece, ya sean cenefas, dibujos, cuadros, alfabetos, etc. Se aplica tanto al bordado propiamente dicho como a la tapicería.
[3] Tradicionalmente, el punto de cruz se utilizaba para embellecer tejidos como mantelerías, lencería y tapetes (sólo pequeñas partes de lo que actualmente se bordaría, como los bordes).
Por todo Estados Unidos y Europa existen muchas asociaciones de punto de cruz que ofrecen clases, participan en grandes proyectos, tejen para organizaciones benéficas y promueven las relaciones entre los tejedores locales.
Consiste en un hilo fabricado en algodón y compuesto de seis hebras poco retorcidas para que se puedan separar fácilmente.
También se suele utilizar el hilo de algodón perlado, la seda y el rayón.
Además, el revés del bordado es igual de importante que la parte frontal.