Este importante punto surge en la región de Palestrina (Italia), posiblemente entre el Renacimiento y el Barroco, periodos de esplendor artístico en Italia.
Los dibujos más recurrentes suelen ser motivos florales y raramente, geométricos.
Generalmente, se puede hacer el punto de Palestrina sobre cualquier tela cerrada, por lo que no es muy aconsejable en panamás ni similares.
En cuanto a hilos, indiscutiblemente el mejor acabado queda con perlés, números cinco u ocho; su brillo y su grosor son perfectos en este caso.
Y agujas, las que acosejen los merceros para cada caso, dependiendo del tejido.