Es un método de preparación en el que la carne de cerdo, normalmente espaldilla o mezcla de cortes, se prepara en una cocción a baja temperatura durante mucho tiempo, lo que hace que la carne se ablande lo suficiente como para debilitar el tejido conectivo y permitir que se desgarre o rompa fácilmente en hebras.En los Estados Unidos el pulled pork suele cocinarse a fuego lento mediante un método de humo, si bien también puede emplearse un slow cooker o un horno.[1] La preparación del pulled pork cambia de una región a otra.[2] En regiones como Carolina del Norte pueden usarse tanto mezclas de cortes como solo espaldilla, y el cerdo se sirve con una salsa de vinagre o sin salsa.[2] El pulled pork se sirve comúnmente sobre un pan cortado a modo de sándwich o solo.