Pudicitia

Se esperaba que los romanos, tanto hombres como mujeres, mantuvieran la virtud de la pudicitia, un ideal complejo que fue explorado por muchos escritores de la antigüedad, entre ellos Tito Livio, Valerio Máximo, Cicerón y Tácito.

La forma en que un hombre o una mujer se presentaban en público, y las personas con las que interactuaban, daban pie al juicio de los demás sobre su pudicitia.

Por ejemplo, si se veía que una mujer se relacionaba con otros hombres además de con su marido, eso podría comportar un juicio negativo sobre su pudicitia.

Los romanos asociaban la pérdida de la pudicitia con el caos y la pérdida de control, por lo que requerían a sus líderes políticos y religiosos que la mantuvieran.

En el discurso de Cicerón contra Cayo Verres, discutió muchas de las transgresiones del gobernador, entre ellas malas conductas sexuales tanto con hombres como con mujeres.

Museo Arqueológico de Estambul, última sala del primer piso. Estatua de una mujer haciéndose pasar por Pudicitia. Copia romana del siglo II d. C. a partir de un original griego antiguo del siglo IV a. C.