Psilocybe hispanica

Es de color blanquecino-amarillo, con tonos entre vináceos o verde-azulados a negros hacia la base.

La carne es blanquecina, pero como otros hongos psilocibios se torna azulada al herirlo.

En términos de características microscópicas, P. fimetaria tiene un cistidio más grande que mide 20–32 por 4–8 μm.

Las setas—posiblemente P. semilanceata o P. hispanica, según Guzmán y Castro—fueron usadas en brujería, una práctica común en el valle durante la Edad Media.

El abrigo rocoso de Selva Pascuala fue descubierto a comienzos del siglo XX.

Además, el mural muestra un toro lo que sugiere una asociación con un hongo coprófilo como P. hispanica.

Si bien la especie halucinógena P. semilanceata también se encuentra en el área del mural, su forma difiere (por su umbo no cónico) y su hábitat normal es sobre el suelo en vez de en excrementos.

Si la interpretación es correcta, el mural representa la evidencia más antigua del uso de hongos alucinógenos en Europa y el tercer caso en arte rupestre.

En 1992, el etnobotánico italiano Giorgio Samorini descubrió un mural datado entre 7000 a 9000 a. C.[8]​ con setas posteriormente identificadas como Psilocybe mairei, una especie autóctona de Argelia y Marruecos.