Este tipo de psicosis suele caracterizarse porque el sujeto sufre paranoias persecutorias o que atentan contra su persona, varían según la personalidad de cada persona; desde agresividad incontrolada hasta depresión, con ideas delirantes o paranoicas, también suele ir acompañada de alucinaciones auditivas y visuales ya que el cerebro no percibe correctamente las señales de los sentidos.
Otros consideran que es absolutamente imposible una diferenciación clínica.
A falta de una historia fiable, un análisis de orina o signos físicos obvios, la psicosis anfetamínica sólo es reconocible en retrospectiva, cuando los síntomas desaparecen rápidamente; en general a los pocos días, a lo sumo semanas después de haber retirado la droga.
La suspicacia y la tendencia a la interpretación errónea y las ideas de referencia pueden persistir meses después de que haya desaparecido la psicosis manifiesta.
La psicosis suele tener lugar mientras el abusador toma grandes cantidades de anfetaminas, pero también hay raros informes de psicosis paranoides relacionadas con la abstinencia.