[8] Distinguir entre ambas tiene importancia práctica en áreas como la asistencia médica,[9] el peritaje judicial, las políticas ambientales y la educación en ciencias.Aunque el vocablo como tal se emplea desde, por lo menos, finales del siglo XVIII,[13] el concepto de pseudociencia como algo distinto de la ciencia real o auténtica parece haber surgido a mitad del siglo XIX.[16] Estos principios pretenden asegurar que los experimentos pueden ser reproducidos bajo las mismas condiciones, permitiendo mediante la investigación posterior determinar si una hipótesis o teoría acerca de un fenómeno es a la vez válida y fiable.Se espera que todos los datos recopilados, incluyendo especificaciones de las condiciones ambientales o experimentales, estén documentados y disponibles para su revisión por pares, permitiendo la realización de nuevos experimentos que confirmen o desmientan los resultados previos.Luego clasificó las formulaciones no-científicas en las categorías filosófica, matemática, mitológica, religiosa y/o metafísica por un lado, y pseudocientífica por otro, aunque no dio criterios claros para definir cada una.[18] El término «pseudociencia» tiene connotaciones peyorativas, porque se usa para indicar que las materias así etiquetadas son errónea o engañosamente presentadas como científicas.[21] Del mismo modo, Richard McNally afirma que «el término “pseudociencia” se ha convertido en poco más que una injuriosa palabra de moda para ningunear a los propios oponentes en las discusiones en los medios», y que «cuando los emprendedores terapéuticos hacen afirmaciones a favor de sus tratamientos, no deberíamos perder el tiempo intentando determinar si estos califican como pseudocientíficos.[29] Estas posiciones relativistas fueron contestadas por los científicos Alan Sokal y Jean Bricmont en su libro Imposturas intelectuales (1997),[30].Críticos de las pseudociencias como Richard Feynman,[31] Richard Dawkins,[32] Carl Sagan,[33] Michael Shermer[34] y Mario Bunge (1919-2020)[35] consideran que todas las formas de pseudociencia son dañinas, causen o no daños inmediatos a sus seguidores.Estos críticos generalmente consideran que la defensa de la pseudociencia puede suceder por varias razones, que van desde la simple candidez sobre la naturaleza de la ciencia y el método científico, hasta un engaño deliberado para obtener beneficios económicos o políticos.No es apropiado tratar de pseudociencia cualquier cuerpo sistemático de creencias solo por no considerar veraces sus postulados, sino que solo tiene sentido hacerlo cuando desde la disciplina en cuestión se proclama sin fundamento su carácter científico.Lo mismo puede decirse de la parapsicología durante el siglo XIX y principios del XX.Hay ejemplos de teorías científicas vigentes que alguna vez fueron criticadas y etiquetadas como pseudocientíficas.[42] Se han hecho varios intentos para aplicar rigor filosófico a la demarcación de la ciencia con resultados diversos.[75][76] En 2018, en España, la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas publicó una carta abierta dirigida a la ministra de Sanidad María Luisa Carceo y al público en general bajo el título Seamos claros: las pseudociencias matan.[80] Autores como Mario Bunge (1919-2020),[35] Carl Sagan,[23] Robert L. Park,[24][25] James Randi,[26] o Michael Shermer,[27] que defienden un criterio de demarcación estricto entre ciencia y pseudociencia, consideran que en los campos siguientes una parte significativa de sus practicantes presentan su disciplina como equivalente a campos o áreas de conocimiento riguroso, imitándolos a veces formalmente en el lenguaje o las formas de comunicación, y adoptando títulos personales científicamente prestigiosos ante el público como «doctor» o «profesor».[93][94] También llamados pictogramas o crop circles (en inglés), son dibujos que aparecen en campos de cultivo (trigo, maíz, etc.), supuestamente creados por extraterrestres, aunque sin evidencias empíricas.La criptozoología es el estudio de los hipotéticos animales desconocidos para la zoología moderna, generalmente por medio de entrevistas a testigos y cualquier vestigio físico (huellas, heces, pelambre, etc.) que se pueda encontrar.Un obituario tras su muerte, señalaba que tras Lavater un noble no escogería un criado sin antes comparar su rostro con las láminas del libro.[108][109] La preparación de los remedios, dejando algunas flores en agua al sol y diluyendo el filtrado después, no es compatible con ningún mecanismo físicoquímico específico.No debe confundirse con la caligrafía forense, que es usada en la justicia como técnica auxiliar para determinar si un escrito pertenece a una persona en particular.Esta doctrina sostiene la existencia de fenómenos como la telepatía, la videncia a distancia y del futuro, la telequinesis o los ectoplasmas, entre otros.[122] El polígrafo ha sido extensamente desacreditado por numerosos estudios científicos,[126][127] ya que no existe evidencia de una relación entre mentir y un patrón fisiológico específico, ni se ha diferenciado del efecto placebo.[128] Aun así, sigue en uso entre algunas agencias de inteligencia, cuerpos policiales y empresas privadas, sobre todo en el mundo anglosajón.Alan Sokal y Jean Bricmont explican en su controvertido libro Imposturas Intelectuales cómo Jacques Lacan usa el lenguaje matemático en su teoría del psicoanálisis de forma incorrecta y totalmente fuera de contexto para aparentar carácter científico.Aunque otros filósofos[141] y psicoanalistas[142] sostienen que el psicoanálisis no puede investigarse científicamente.Sus prácticas y creencias no poseen, en la mayor parte de los casos, fundamentos empíricos testables necesarios para toda ciencia.La dependencia de los fenómenos en que se basa la radiestesia respecto al efecto ideomotor y las expectativas del sujeto, está demostrada desde el siglo XIX.Se considera que sus postulados no están apoyadas por pruebas obtenidas mediante el método científico, ni hay estudios rigurosos sobre su eficacia.[156][157] Para los terraplanistas la exploración espacial es una mistificación o impostura creada por las agencias espaciales, en especial la NASA, junto con Hollywood y varias otras dependencias de gobiernos, para custodiar el supuesto muro de hielo que rodea a la Tierra y obtener un financiamiento cercano a los cincuenta millones de dólares diarios, si bien no aclaran con qué finalidad.