Muchos de las imágenes se explican por escrito mediante textos conectados por pequeñas flechas.El estilo, polémico, es muy inusual, prueba de las furiosas pasiones que desató la iconoclasia.El texto y los títulos están escritos en letra uncial, pero buena parte se reescribió en minúscula cruda tres siglos después.Se conservó en el Monte Athos hasta 1847, cuando un erudito ruso lo llevó consigo a Moscú.Allí fue adquirido por Alekséi Jlúdov (transcrito en inglés como Aleksey Khludov),[6] cuyo nombre es por el que el manuscrito es conocido en la actualidad.