Los proyectos hidroeléctricos incluyen las represas, los reservorios, los canales, los conductos, las centrales hidroeléctricas y las playas de distribución que se emplean para generar electricidad.
:[1] Sin embargo, estos usos compiten por el agua que está almacenada en el reservorio, y cada uno puede implicar un modo de operación diario o anual diferente del reservorio.
En un proyecto hidroeléctrico, por ejemplo, el operador optimiza los beneficios energéticos, variando el nivel del reservorio según las normas que se aproximen a la trayectoria del reservorio durante un año muy seco.
Durante la planificación del proyecto y el desarrollo de la curva de uso, se debe resolver cualquier conflicto entre los usos competitivos.
Estas se tratan, en Líneas de transmisión.