Las mini centrales han sido muy utilizadas a lo largo del tiempo debido a su pequeño tamaño —y por tanto costo inicial— y facilidad de instalación, por lo que han sido muy usadas a nivel local o incluso privado.
Ya iniciado el siglo XXI, algunas provincias han intentado reactivar pequeñas centrales sin participación del gobierno central; tal es el caso de la provincia del Neuquén,[1] o la de Catamarca.
[2] La energía minihidráulica tiene una larga historia en España, ya desde la década de los 60, en la cual existían en el país 1740 centrales.
En el año 2010 quedaban en funcionamiento 1135 centrales; aunque se espera un futuro más prometedor para este tipo de energía en los años venideros.
Se estima que en España hay instalados en torno a 2000 MW en centrales minihidráulicas[3] y según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía) en España se podría instalar hasta 6700 MW más.