Durante la crisis de la deuda soberana en Grecia, se propuso en 2011 realizar un referéndum sobre la economía griega para decidir si Grecia estaba dispuesta a aceptar las condiciones impuestas por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) para conceder préstamos económicos a las instituciones griegas, condiciones que permitían realizar una quita del 50% de la deuda griega contraída con instituciones de crédito privadas.
El 31 de octubre de 2011,[2][3] el primer ministro George Papandreou anunció el referéndum,[4] provocando convulsiones en los mercados[5][6] y abrir la posibilidad del abandono de la eurozona y la UE,[7] al anunciar que se consultaría la decisión de aceptar o no el segundo plan de rescate propuesto por la Cumbre de la Comisión Europea, el BCE y el FMI, que anteriormente ya había sido pactado.
[8][9][10] Encuestas realizadas apenas unos días antes del anuncio, mostraban que en torno al 60% de la población griega estaba en contra de las condiciones impuestas.
Las negociaciones para el nombramiento de un nuevo primer ministro se alargarían durante cuatro días hasta lograr un acuerdo entre las principales fuerzas políticas.
[21] Posteriormente se canceló el referéndum propuesto y nunca se lo llevó a cabo durante el gobierno de Papadimos.