En especial, destaca su uso en hospitales, puesto que al no producir ningún tipo de presión sobre el cuerpo, el viscoelástico se utiliza en productos sanitarios como prótesis y colchones adaptables para personas con dolencias lumbares o cervicales, con zonas corporales inflamadas o delicadas, o para personas que pasan mucho tiempo postradas en la cama y necesitan un equipo de descanso adaptable.
El uso del viscoelástico en el sector del descanso está cada vez más arraigado debido a que las prestaciones que ofrece son actualmente las más recomendadas para un descanso saludable: firmeza media combinada con adaptabilidad.
Otro aspecto a tomar en cuenta es la calidad de las espumas que se usan.
Las partes que componen un colchón viscoelástico son principalmente cuatro: la funda, el acolchado, el núcleo viscoelástico y el soporte de espuma HR (Alta capacidad de recuperación).
Sin embargo, el mercado se encuentra muy fragmentado y se llegan a ofrecer productos básicos que no cuentan con todos estos elementos, lo cual hace que el precio del colchón pueda oscilar tanto dependiendo de si es de la gama más básica o de la más alta.