Inicialmente, este material era muy caro, pero décadas más tarde se logró optimizar la producción y se han desarrollado productos que, aunque todavía exclusivos, están al alcance de todos, como colchones, almohadas, cojines, cascos, etc. Una de las propiedades que tiene este material es que disipa la presión del cuerpo de manera uniforme en toda su superficie.
Estos productos vienen en diferentes densidades y niveles de firmeza.
Si se toman dos almohadas del mismo tamaño y de igual forma, pero que pesen diferente, esto será porque sus densidades son distintas.
Se dice que los productos de alta densidad duran más y se deforman menos, y que además brindan un mejor soporte, pero suelen ser más costosos.
Esto hace que alrededor de la cabeza (donde la temperatura es más alta) la almohada sea suave y cómoda, mientras que en el resto de la almohada (donde la temperatura es más fría) ofrece mayor soporte.