Esta característica se evidencia más en la Patagonia, donde desarrolla troncos que salen por debajo del suelo, propio de la variedad depressa.
Espinas axilares, geminadas, 0,3–6 cm de largo, pocas veces solitarias, más generalmente en pares.
Su madera presenta alta densidad, dura de clavar, gran capacidad mecánica y excelente estabilidad dimensional (permite el trabajo en verde).
En Argentina, es una especie muy común en los pastizales naturales, y es abundantemente consumida por el ganado doméstico, por lo que su valor como forrajera es alto.
Posee un sistema radicular extremadamente desarrollado por lo que es muy laborioso extraerlo cuando se quiere sistematizar tierras para cultivo.
También tiene un alto valor para la producción apícola, ya que las flores aportan mucho néctar y polen.