Pronoia (Bizancio)

Para el siglo XI, la aristocracia bizantina había dejado de tener cualquier poder significativo, siendo reducidos a títulos honoríficos vinculados al emperador reinante.

[1]​ A finales del siglo XI, Alejo I intentó reformar la aristocracia y pacificar el imperio distribuyendo el territorio entre los nobles.

La pronoiai se desarrolló como una forma de imponer impuestos a los ciudadanos del territorio donado (paroicos).

La praktika también registraba los deberes del pronoario al emperador, que de necesitarlo solía poder pedir auxilio militar.

Cuando Constantinopla fue retomada por Miguel VIII Paleólogo en 1261, se permitió la herencia de las concesiones, lo que lo acercó al sistema europeo feudal.

Andrónico II Paleólogo, por ejemplo, usó el dinero reunido por sus pronoarios para financiar sus campañas contra los búlgaros aunque no les exigió servicio militar directo.