Prólogo

El prólogo es además el escalón previo que sirve para juzgar, expresar o mostrar algunas circunstancias importantes sobre la obra, que el prologuista quiere destacar o desea hacer énfasis para animar a la lectura.

El prólogo se compone siempre después de haber acabado la obra, no antes, y puede haber más de uno, sobre todo si la obra literaria ha tenido éxito y se ha reeditado o reimpreso varias veces, por lo que cada edición nueva lleva su propio prólogo que van uno a continuación de los otros.

El prólogo forma parte de lo que Gérard Genette denomina paratexto; esto es, cualquier texto que se sitúa en la periferia de la obra literaria y que ayuda a un mejor abordaje del texto central: el título, el subtítulo, la dedicatoria, el lema, el prólogo o prólogos, el epílogo o ultílogo, las notas, glosas o escolios al margen o al pie, las sobrecubiertas, las fajas, los capítulos desechados, los borradores, etc. Para este autor, un prólogo permite interpretar un texto e inscribirlo en un género.

Cuando el libro tiene diversas reimpresiones o reediciones, es común que se cuente con más de un prólogo.

La teoría literaria califica a los prólogos como paratextos, ya que se encuentran en la periferia del texto principal (como la dedicatoria o las notas al margen).

Primeras dos líneas del prólogo de la ópera Orfeo de Claudio Monteverdi , publicado en 1609 por Ricciardo Amadino .
Prólogo de la obra Romeo y Julieta de William Shakespeare ; ilustración circa 1864.
Prólogo de la ópera Eurídice (1600), de Jacopo Peri