Processó de la Sanch

El origen de esta procesión se encuentra en la asistencia y el acompañamiento que se prestaba a los condenados a la hora de su ejecución.

De ahí que tanto los presos, como los penitentes (presentes para confortar a quienes estaban a punto de morir) y el verdugo ocultaran así su identidad como modo de garantizar su anonimato frente al pueblo que asistía a la ceremonia.

En la actualidad se lleva a cabo una larga procesión en silencio (no obstante en ella se toca el tambor) en la que participan personas revestidas de hábito negro que siguen a un muñidor (llamado aquí "regidor") a su vez revestido de hábito rojo.

El mismo va tañendo una campana con cuyo sonido reclama silencio a la vez que avisa a quienes están en la calle de la presencia de la procesión.

En Perpiñán se ha reavivado su práctica desde 1950 gracias a los esfuerzos del folclorista Josep Deloncle.

La famosa Processó de la Sanch , antiguamente prohibida, se celebra hoy en Perpiñán , Arles-sur-Tech y Colliure .