Privilegio (sociología)

[1]​[3]​ Empezó como un concepto académico, pero se ha ido extendiendo su uso desde entonces hasta convertirse en un término popular fuera de la academia, especialmente en círculos feministas y queer.

[4]​ El análisis sustancial del privilegio y grupos sociales concretos ha incluido una variedad de perspectivas.

[9]​ En 1988, la académica y profesora estadounidense Peggy McIntosh publicó el ensayo White Privilege and Male Privilege: A Personal Account of Coming to See Correspondences through Work in Women’s Studies (en español: Privilegio blanco y privilegio masculino: un relato personal de venir a ver las correspondencias a través del trabajo en estudios de mujeres), en el que documenta cuarenta y seis privilegios que ella, como persona blanca, experimentó en los Estados Unidos.

Por ejemplo: «Puedo estar segura de que si necesito ayuda legal o médica, mi raza no trabajará en mi contra», y «no tengo que educar a mis niños para ser conscientes del racismo sistémico para su protección física propia en el día a día».

La raza, el género y la clase social son generalmente considerados por los sociólogos como los factores más determinantes del privilegio de una persona a nivel mundial.

[3]​ El argumento puede seguir en que tal denegación constituye una injusticia más grave en contra de quienes no se benefician del mismo privilegio.

[25]​ El concepto de privilegio ha sido criticado por omitir las diferencias relativas entre grupos distintos.

Por ejemplo, los investigadores han argumentado que en la cultura estadounidense hay diferencias de estatus entre hindúes, chinos, japoneses, coreanos y camboyanos, y entre afroestadounidenses, inmigrantes negros del Caribe e inmigrantes negros de África.

Un cartel de Prohibido el ingreso de mujeres cerca de la Pagoda Kyaiktiyo.