[2] Esqueletos casi completos de Pristichampsus indican que los pristicámpsidos estaban más acorazados que los crocodilianos modernos, con placas óseas llamadas osteodermos quedando fuertemente entrelazadas a lo largo de la espalda, encajonando completamente la cola, y extendiéndose hasta las patas.
Las garras son romas y se han descrito como parecidas a pezuñas por su forma,[3] sugiriendo que los pristicámpsidos pueden haber sido ungulígrados,[4] es decir caminando sobre las puntas de los dedos pies como los mamíferos ungulados.
Las áreas en los huesos de las patas en las que los músculos se sujetan tiene posiciones diferentes entre los pristicámpsidos y los crocodilianos actuales, posiblemente como una adaptación a caminar en tierra.
Un estudió sugirió que estas modificaciones anatómicas pueden haberle permitido a los pristicámpsidos caminar en sus miembros posteriores por breves períodos de tiempo, lo cual los hubiera convertido en bípedos facultativos.
Los cocodrilos actuales tienen esta misma muesca que provee espacio para el alargado cuarto diente de la mandíbula superior cuando la boca se cierra.