[2][3] La medición conmuta con los operadores, es decir; retrasar las medidas al final de la computación no afecta a la distribución de probabilidades del estado final.
[4] Este hecho se aprovecha para reducir las puertas cuánticas complejas a operaciones más simples, o para realizar operaciones utilizando un número menor de qubits.
Una reducción en el número de puertas puramente cuánticas puede aliviar las fuertes restricciones que aparecen en la implementación física de los computadores cuánticos.
Los estados cuánticos son extremadamente frágiles y deben protegerse siempre de la decoherencia (dicho de otro modo las puertas cuánticas son más propensas al error que las clásicas).
La conversión de operaciones de dominio cuántico en puertas cuánticas clásicamente controladas, o operaciones clásicas directamente, ayuda a proteger la parte más delicada y crítica del sistema, los estados cuánticos.