La Liga mantuvo su decisión y el CURCC negó al resto de sus jugadores convocados a participar en el encuentro.
Para cubrir las vacantes, fueron convocados Enrique Sanderson y Francisco Branda de Montevideo Wanderers, quienes también rechazaron la designación.
Sabemos que no podemos ganar, venimos como hermanos a cumplir se sinceró en Buenos Aires Eusebio Céspedes.
En las tres semanas previas al partido, todas las tardes se juntaban a entrenar, cosa que los jugadores argentinos no podían hacer por sus compromisos laborales.
Fueron agasajados en el domicilio de Wattson y les fue ofrecido un banquete en la noche en la Rotissería Luzzio Hnos —sus propietarios eran dirigentes del Club Atlético Porteño—.
[3] La recepción al día siguiente en Montevideo fue calurosa haciéndose presentes en el puerto gran cantidad de aficionados.
La Liga resolvió agradecer a los jugadores y les cedió las camisetas usadas en el partido, las cuales eran de color azul con una franja diagonal blanca.
Durante el evento, los jugadores lucieron una vestimenta similar a la utilizada en 1903 y frondosos bigotes postizos, imitando la moda de la época.