La yugular se hincha hasta viajarte a las situaciones más extremas.
Ahí, por donde pasan los trenes de la angustia y la presión.
Esos, que minuto a minuto (yendo por los túneles sarcáticos del temor) aceleran su velocidad, tu pulso y también, tu sentencia.
Aprendimos a no morir de sed, las cartas ya están echadas y el compromiso sellado.
(Escrito por Eduardo Vásquez y Patricio Santos Fontanet).