Préstamo lingüístico

En el primer caso, la forma fonética original es simplemente amoldada a la fonología de la lengua receptora sin interpretación o traducción.

En el segundo caso existe una adaptación semántica, interpretación o traducción de los morfemas que componían la forma original.

En los préstamos lingüísticos se pueden distinguir cuatro tipos, según el grado de adaptación y necesidad del vocablo: Las comunidades idiomáticas toman formas léxicas de otras lenguas, para describir realidades que en una cultura aparecen por primera vez, pero en la otra son frecuentes y ya poseen un término forjado, términos prestados o préstamos léxicos.

Así, por ejemplo, los conquistadores españoles entraron en contacto en América con fenómenos que bautizaron utilizando palabras indígenas como hamaca, patata, maíz, huracán, cacique, hule o tabaco.

Se trata de un préstamo más específico, al ubicarse en los sonidos de una lengua, sucede cuando, por ejemplo, un hispanohablante utiliza un sonido inexistente en el sistema fonológico del castellano, al pronunciar «-sh» en «shampoo» tal y como se pronuncia en inglés.