Bajo el Antiguo Régimen francés, los présidents à mortier eran presidentes de cámara dentro de los parlamentos regionales o departamentales.
La más prestigiosa de estas cámaras era la llamada "Grand'Chambre".
Sin embargo, para ocupar un cargo, uno debe ser aprobado por el parlamento mediante un examen jurídico.
Por tanto, el despacho está teóricamente reservada a los titulares de títulos universitarios en leyes.
El cargo confiere, tras veinte años de ejercicio, nobleza hereditaria, pero este sistema de herencia significaba que la mayoría de las veces solo lo ejercían personas que ya eran nobles.