La fortificación del lugar de Tiermas parece corresponder a principios del siglo XIII por orden de Pedro II dada su situación como zona fronteriza con el Reino de Pamplona.
Posteriormente, tanto Jaime I como Alfonso III realizaron mejoras sobre la construcción.
Pedro Jordán de Urriés recibió la aldea de manos de Pedro IV en 1385 y posteriormente pasó por distintas tenencias hasta que se sabe que en 1610 pertenecía al Monasterio de Leyre retornando a la corona en 1785.
[2] Es la única de las tres puertas que se conserva del recinto fortificado de Tiermas.
Se trata de una torre puerta de planta rectangular de unos 6 por cuatro metros de planta y que alcanza unos ocho metros de altura, aunque ha perdido el remate que parece que estaba cubierta por tejado.