Esta fue juzgada muy positivamente por Giorgio Vasari, el cual afirma que nunca hubo «otra obra de mayor grandeza ni mejor entendida».
Fue precisamente en este contexto que Sanmicheli tuvo la oportunidad de utilizar un nuevo concepto urbano de Verona, que tenía como punto focal la Porta Nuova, que, en comparación con las puertas creadas anteriormente, aportó una innovación radical: daba acceso a una larga calle recta (la calle Porta Nuova, construida en 1535) que llegaba directamente, a través de las puertas del Bra, a la Arena (cerca de la cual unos años más tarde Sanmicheli construyó el Palazzo degli Honorij).
El proyecto de Sanmicheli está dirigido principalmente a la renovación urbana, que es predominante con respecto a la razón militar: se fijó el objetivo de apoyar el poderoso empuje dinámico del organismo urbano hacia el sur.
Una inscripción sobre el ático mencionado por Scipione Maffei en 1732 (ya no existe) llevaba la fecha de 1533.
La forma actual de la puerta es similar a la original de San Michele, aunque durante la ocupación austriaca la puerta sufrió considerables alteraciones, en particular en la fachada hacia el campo: en 1852 se añadieron los dos arcos laterales, lo que hizo que se perdiera el ritmo entre el arco central y los dos arcos laterales más pequeños; también se abrió un pasillo que conectaba las habitaciones interiores detrás de la luz más pequeña de la derecha y, en el frente hacia la ciudad, se cerraron las dos aberturas rectangulares a ambos lados del frontón.
El bloque tenía dos torres circulares a los lados, utilizadas por los centinelas, cuya forma permitía una excelente vista de los alrededores.
La planta, rectangular, se articula como un sistema de tres carriles particularmente elaborado, caracterizado por cuatro grandes pilares con pilastras dóricas que los separan y a los que correspondían las pilastras de los muros laterales; desde los carriles laterales se accedía a los puestos de guardia, con chimeneas, y a pequeñas habitaciones que podían utilizarse como celdas.
La elevación hacia el campo retoma el esquema compositivo clásico del arco triunfal, pero, gracias a las formas masivas y a la rusticación que cubría completamente la puerta, asumió una visión más amenazadora y severa.
La fachada está dividida en la parte central con el portal principal, en el que las medias columnas y las puertas acopladas sostienen un tímpano, y en dos partes laterales ligeramente retrasadas con pequeños portales, a los que se añadieron otros dos grandes arcos laterales en el siglo XIX.