Port-a-Cath® es el nombre comercial de un acceso venoso central de larga duración, que cuenta con un reservorio subcutáneo de titanio con una membrana de silicona, ubicado preferentemente en el tórax, conectado a un catéter de silastic, introducido por vena subclavia y llega a vena cava superior (centralizado).
La colocación de este dispositivo biocompatible radiopaco es quirúrgica.
Se utiliza para la administración de medicamentos por tiempo prolongado, esencialmente para administrar citostáticos que tienen riesgo de provocar lesión al extravasar (drogas vesicantes) también facilitan la extracción de muestra de sangre.
Para su habilitación es necesario palpar el reservorio y la membrana siliconada e introducir una aguja especial denominada Huber.
La utilización de este cateter requiere cuidados especiales como evitar su infección y mantenerlo permeable, introduciendo un sello de solución heparinizada una vez cada treinta días cuando no se utiliza.