Ponç de la Guàrdia

No era un trovador profesional, sino un caballero al cual, según dice el mismo, le gustaba que las damas occitanas celebrasen sus composiciones.

Se sabe que participó en el sitio de Cuenca (1177) bajo las órdenes del rey Alfonso I y, más tarde, en la expedición del rey contra el conde Raimundo V de Tolosa.

Su obra la forman nueve composiciones amorosas, cuatro de las cuales forman un pequeño ciclo dedicado a una dama que nombraba con el senhal de On-tot-mi-platz.

Aunque como todos los trovadores escriben en occitano, se pueden detectar, algunas palabras en catalán en sus poemas (de hecho eso pasa frecuentemente en los trovadores catalanes, sobre todo en Cerverí de Gerona).

En la siguiente canción, Ponç de la Guàrdia, a punto de emprender una expedición de resultados dudosos hacia Tolosa, se dirigió a su dama para recordarle cómo la quiere y cómo la recuerda, y cómo todo aquello que podían ser pequeños malentendidos ya no tienen ninguna importancia.