Desde su llegada a Santiago, agarró los aires de la capital, que lo convirtieron en lo que es ahora; un hombre exitoso y moderno, un buen esposo y padre de familia y todo un empresario prestigioso y trabajólico, que está conectado a las redes sociales; todo el día está en Facebook, Twitter o Instagram, inclusive se expresa mejor ahí que en el mundo real, lo que provoca poco a poco una relación algo desgastada con su familia.
Pero un día, Nicolás cae en desgracia cuando, de un momento a otro, todo se arruina: su mujer, Florencia Achondo (Antonia Zegers) decide abandonarlo y se va junto a su profesor de yoga.
Por esta razón se traslada con sus dos hijos a Yerbas Buenas, la tierra donde nació y creció; concretamente, la familia santiaguina llega al fundo familiar, donde vive su padre, Onofre (Jaime Vadell), un vividor de la vida.
En este lugar se encontrarán con otro tipo de vida mucho más tranquila y sencilla.
Esta mujer de armas tomar ha mantenido una relación con Nicolás cuando estaban en el colegio, y ahora que el empresario ha vuelto a su tierra natal, ella quiere que sea suyo, y nunca más se le vaya de nuevo, como lo hizo él años atrás.
Por otro lado, el regreso de Nicolás a Yerbas Buenas no solo le cambiará radicalmente la vida, sino que también, con la llegada de sus dos hijos, Camila (Montserrat Ballarín) y Borja (Augusto Schuster), se formaran triángulos amorosos.