Las deficiencias en el proceso eleccionario como la falta de registros electorales y la censura a opositores del régimen, más numerosas acusaciones de fraude, han generado permanentes cuestionamientos a la legitimidad del resultado, y por lo tanto del origen que posee el propio texto constitucional.Mientras que la dictadura, además de utilizar los clásicos afiches y esquelas llamando a la ciudadanía a votar por la opción Sí, utilizó breves spots comerciales de televisión, de no más de 1 minuto, para promover el voto afirmativo en el plebiscito, la oposición, liderada para estos efectos por el expresidente Eduardo Frei Montalva, sólo pudo realizar pequeñas manifestaciones en la vía pública, sin acceso a la televisión, y con limitado acceso a la radio.En cambio, la oposición acusaba de abusos al mando militar, llamando al país a votar «No» y con ello conseguir elecciones presidenciales abiertas a la brevedad.El principal orador de la jornada fue Eduardo Frei Montalva, quien hizo un llamado a nuevas elecciones, abiertas, en discordancia con lo propuesto por la Junta Militar.Como contestación, el general Pinochet dio al día siguiente un multitudinario discurso en las calles del centro de Santiago transmitido a todo el país.[cita requerida] Los resultados del plebiscito fueron objetados por la oposición política, encabezada por el exsenador Patricio Aylwin, más otros 46 personeros, argumentando que esta no había contado con registros electorales y que sólo se había controlado el voto con una marca de tinta indeleble en el dedo pulgar que salía rápidamente.