Plaza de toros de Cádiz

Las obras las inició una sociedad de accionistas naturales de Cádiz que tenía como razón social Plaza de Toros de Cádiz Sociedad Anónima, esta sociedad, no pudo ver culminado su objetivo, paralizándose las obras con un tercio del edificio construido.En el coso cabían cómodamente 11 500 personas en tendidos y gradas cubiertas.Al comienzo de la guerra civil española, se utilizó su fachada como paredón para fusilamientos, lo que hizo, que a modo de luto, en la ciudad se dejara de acudir a los eventos allí celebrados.[2]​[3]​[4]​ El 22 de junio de 1952 se produjo la única muerte en esta plaza, la del torero cómico Manuel Moreno Aragón que participaba en el festival del Sindicato Hortícola, Sección de Tabacaleros, y fue alcanzado por la becerra en uno de los saltos.Los empresarios taurinos Diodoro Canorea y Enrique Barrilaro quisieron reabrir el edificio y ofrecer festejos, suscribiendo un contrato con el Ayuntamiento en los últimos años de existencia del coso.