Los ingenieros romanos construyeron el anfiteatro de Arlés sobre la colina del barrio arlesiano «poisson».
Para ello, tuvieron que demoler el recinto de época augústea creado un siglo antes.
En 285, el emperador Gallo hace celebrar con juegos las victorias de sus ejércitos contra los galos.
Finalmente, se sabe gracias a Procopio que en 539, Childeberto I, rey de París, quiso que se renovase en su presencia los juegos de la Antigüedad.
Francisco I que visitó la ciudad en 1516, se asombra y lamenta encontrar tal edificio en un tan triste estado.