Plaza de toros Real de San Carlos

En la actualidad funciona como un centro de espectáculos culturales y deportivos.El material utilizado para su edificación fue suministrado por la fábrica de ladrillos y mosaicos La Arenisca.[3]​ El lugar funcionó dos años consecutivos, hasta que en 1912 fueron prohibidas las corridas bajo la presidencia de Batlle y Ordóñez.[2]​ Hubo vapores que se habilitaron ese día y en las corridas posteriores desde Colonia hasta el Muelle Real para las personas que deseaban llegar y retirarse del lugar, convirtiéndose en una atracción turística visitada por cientos de espectadores.Con la prohibición de las corridas, la plaza y el Complejo Real de San Carlos empezaron a ser utilizados para espectáculos artísticos, y el hotel siguió funcionando al igual que el casino.Ésta, de estilo sevillano, podía visitarse y apreciarse desde las afueras del recinto, cercado por vallas para limitar el acceso al predio.[5]​[6]​[7]​ Estaba proyectado que tras la remodelación, la Plaza de Toros tuviera aforo para 4.200 personas.
Vista exterior de la plaza de toros antes de la restauración.
Zonas de la fachada en ruinas.
Ruinas y hierro oxidado.
Vestigios de derrumbe.
Prohibición de entrar al predio.