El diseño y supervisión estuvo a cargo del arquitecto Christian Martínez, mientras que la construcción recayó sobre el ingeniero Andrés Gómez Dubriel.
En dicha Plaza, el 26 de enero de 1979,[2] Su Santidad el papa Juan Pablo II ofició la primera misa que un pontífice romano, celebrase en tierra americana, proyectando la plaza a nivel mundial.
El gobierno del presidente Leonel Fernández consciente de la importancia de mantener vivos los símbolos nacionales, emprendió la tarea de restaurar dicho monumento y devolverle el sentido original del exgobernante Balaguer, que fue ser la tumba del soldado desconocido.
Un Arco del Triunfo se localiza en el centro; a los lados están dos ángeles que representan la gloria y el honor; al centro, bajo el arco, una gran escultura de Juan de Ávalos y Taborda, que representa a la «Madre Patria» que protege y sostiene al soldado caído por defenderla.
La forma circular de esta explanada la expone por completo, logrando así que la atención de todo el que transita por los alrededores tenga que dirigir la mirada a la gran bandera ondeante, único elemento de color en todo el monumento.