A inicios del siglo XVII, la Orden Dominica decidió fundar una casa e iglesia en unas huertas que tenían en el Callejón de Pachacamac, un lugar apartado y apacible en las afueras de la ciudad.
La Plaza La Recoleta se desarrolló en torno a esta casa e iglesia dominica.
Sin embargo, su diseño triangular y su ubicación en la cuadra llamada de La Amargura generaron cierta controversia, ya que contradecía el plan cuadricular original de la ciudad diseñado por Pizarro.
Con el tiempo, la Plaza La Recoleta se convirtió en un lugar emblemático de la ciudad, manteniendo su carácter histórico y arquitectónico.
Quien fue asesinado a puñaladas en 1866, en la calle Ánimas de San Agustín.