Algunos metales, como lo es el cobre o el oro, presentan transiciones electrónicas de bandas en el rango visible, por lo cual algunas longitudes de onda del visible (colores) son absorbidas, emitiendo su color característico.Estos efectos son fáciles de ver en los vitrales que adornan las catedrales medievales.Estos efectos han sido manipulados para ser usados tanto en el rango visible como en las microondas.En cambio, para crear plasmones superficiales en el rango óptico implica producir superficies con detalles menores a los 400 nm.Los plasmones involucran movimientos rápidos de los electrones a través del sólido, pero la pérdida óhmica desaparece.Ambas aplicaciones han tenido demostraciones exitosas en diferentes laboratorios[cita requerida].Además, los plasmones superficiales tiene la capacidad de confinar la luz en dimensiones muy reducidas, lo que les postula para muchas nuevas aplicaciones.Los plasmones superficiales son muy sensibles a las propiedades de los materiales en que se propagan.Compañías como Biacore han comercializado instrumentos que operan en estos principios.Plasmones superficiales ópticos son investigados para su uso en la producción de maquillajes entre otros usos.